Cruz de Motupe, devoción de pueblos

Miles de fieles, procedentes de varios puntos del país llegan todos los años, el cinco de de agosto hasta el cerro de Chalpón, ubicado en el distrito de Motupe, provincia de Lambayeque, para venerar a la santísima cruz de Motupe, la misma que es considerada como milagrosa.
No importa la raza ni la condición social, pues todas las personas aquí se confunden con un solo propósito, adorar a la cruz de Motupe.
Según cuenta la historia, la devoción por la a la Cruz de Motupe se remonta hace dos siglos atrás, cuando el franciscano Juan Agustín de Abad, plantó tres grandes cruces en los cerros Chalpón, Penacho y Rajado, entre Motupe y Olmos.

El franciscano Juan Agustín de Abad, llevó una vida penitente que conmovía a los lugareños, por ello cuando murió, los campesinos trataron de ubicar estas cruces, pero sólo pudieron encontrar una, la misma que estaba ubicada en una gruta del cerro Chalpón.
Para venerar a la cruz de Motupe, los fieles tienen que iniciar un empinado ascenso, que no es tan sencillo, por una ladera del cerro Chalpón. Los devotos viendo lo dificultoso que es este camino han construido escaleras en buena parte del camino, y en la gruta misma construyeron un voladizo.
La fe de los devotos es más grande que sus impedimentos, pues muchas personas se imponen diversas penitencias para pedir o agradecer algún milagro, e incluso los fieles llegan hasta la gruta de rodillas.

Al atardecer del cinco de agosto, fecha principal de la festividad, la Cruz de Motupe sale en procesión por la ciudad, donde los miles de fieles acompañan hasta la madrugada del siguiente día, en que regresa al templo.